martes, 27 de abril de 2010

Jazztel y el efecto tirachinas

De un tiempo a esta parte, dos o tres años, hay una pesadilla telefónica en mi hogar. Se llama Jazztel y son como un grano en el culo que duele cuando menos te lo esperas.
Semejante incordio es debido a que -como el pesao que aparece cuando menos te lo esperas- llaman a cualquier hora para anunciarte sus magníficas promociones. Promociones que ya paso de escuchar, promociones que me tienen hasta las pelot...
Y es que lo mismo les da que sea laborable o festivo, las nueve de la mañana o las diez de la noche -ayer a las diez y diez, con nocturnidad y alevosía, XD-. Sin tener en cuenta que estás de resaca te llaman a las 12 de la mañana de un sábado amargándote el día. Y con lo que me ha costado descolgar el dichoso teléfono para que me surga una teleoperadora de esas... O cuando estás en medio de esa sienta tan merecida... aparece el timbre impertinente del telefonito dichoso, que además insiste e insiste. Luego descuelgas y si no dices nada el sistema ese automático que tienen cuelga. Pero si pronuncias una palabra cualquiera -joder, por poner un ejemplo- te pasa a la teleoperadora preguntando por el titular de la línea.
Tanto es así que jamás, repito jamás, por muy buenas que sean esas ofertas contrataré Jazztel en mi casa. Y es que se lo tienen ganado a pulso por pesaos.

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