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viernes, 14 de septiembre de 2012

Juez Dredd (1995)


Él era la ley.


Si hace poquito repasé la última versión de este peculiar agente de la ley en la gran pantalla vayamos ahora a su adaptación más controvertida, la primera, de hace casi 20 años -¡Dios que viejo soy ya!-.



Tras el éxito espectacular de «Demolition Man» se quiso repetir la fórmula con la adaptación de un cómic de acción con ciencia-ficción, Juez Dredd. Por supuesto el actor principal sería el mismo y asombrosamente se eligió para la costosa tarea a un director desconocido como fue Danny Cannon. Alguien con muy poquita experiencia en películas de acción -¡qué demonios, en cualquier película!- y, que seguramente, sería presa fácil de dominar para el ego en ascenso de potro italiano. Así fue que durante la casi primera hora accedemos a una película bien estructurada; que nos presenta de muy buenas maneras ese mundo nuevo que es para todos Megacity; que con unas simples líneas de diálogo ahondan más todavía en su cultura y política; con una escena inicial de presentación un edificio (en una guerra de bloques) que no tiene nada, repito nada, que envidiar a cualquier otra película de mejor calidad o renombre. Es en este tramo de película en el que el aficionado sigue con interés la trama y la ambientación. En el que no le importa mucho, todavía, que el señor Dredd aparezca en algunas tomas sin el casco (con la esperanza que no desaparezca del metraje esa "marca de la casa") porque cuando sale con él lo borda -dijo haberse inspirado en Mussolini-. E incluso cuando la cosa baja un poco nos presentan a la familia comosellame en el desierto radiactivo y la genial caracterización de Máquina Mala. Pero las expectativas de unos no eran las expectativas de otros y pronto la cosa cambia radicalmente.
Y es a partir del minuto 54 cuando la película pierde toda la fuerza y fidelidad acumulada. Justo cuando Dredd termina con Máquina Mala (renombrado como Malo en la versión española de la película) lo hace con un chiste similar al anterior papel del Sr. Stallone en «Demolition Man». A partir de entonces ya no hablamos del Juez Dredd sino de aquel personaje que le reencumbró al estrellato, y eso es una pena. Algo que se empieza a notar -o intuir- dos minutos antes cuando Dredd elimina a los guardias plantado como un poste en medio de la cueva mientras todos se dejan matar por él. ¡Qué malos son los malos!

Comienzan a verse los fallos del guión; la "masacre" de jueces deja muchos "huecos" que rellenar (tantos que es increíble). El retorno a Megacity entrando por el conducto "flamígero" es malo de narices (mira tú que tropezarse justo en ese momento la comparsa cómica). La eliminación del consejo supremo es inviable en un mundo lógico y coherente tal y como esta rodada. La comparsa cómica -tan conflictiva ella- sobra en una película del Juez Dredd, aunque si hubieran limitado su aparición a unos breves momentos tampoco hubiera sobrado -de hecho si sólo hubiera aparecido al principio hubiera sido genial-. Ese es el problema, la maldita media hora final en la que ya no estamos viendo la película que empezamos a ver sino una versión rara, o secuela-continuación-remake, de «Demolition Man». Una película más comercial, menos violenta, mucho menos sangrienta y mucho más cómica que surge de la necesidad de Silvester Stallone de repetir el éxito de la anterior. ¡Si incluso sustituye a Sandra Bullock por Diane Lane! Mucho me temo que la labor del director aquí se vio eclipsada por la aureola del "boxeador" y aunque intenta cumplir -tampoco es que fuera un gran director- el tramo final parece un cóctel de escenas ensambladas para terminar pronto el producto y venderlo como se pueda. Y no muy bien rodadas.

¿Quién negará la fidelidad del traje al cómic?

Esto es el motivo real de toda la decepción que sufrieron los fans de este fabuloso cómic. No fue la adaptación estética; de hecho los trajes son casi clavados (a excepción de la cojonera dorada tan polémica), aunque quizás demasiado lustrosos -pero en el cómic son así-, la ciudad está muy conseguida y la caracterización de los malos superconseguida. No fue la exclusión de la juez Ánderson (¿Por qué Diane Lane no fue la juez Ánderson?), que aunque supuso una decepción tampoco era obligatoria su aparición para hacer una buena película. Y en el lado más cinéfilo le tenemos que sumar el radical cambio que se sufre a mitad (más o menos) con el guión perdiendo enteros a patadas (o balazos). 

En resumen: una primera hora casi perfecta en todo para luego ser arrojada al retrete en todo. Sólo se salva Diane Lane que parece que siempre se toma en serio sus papeles. Sean cuales sean.

PD: Sí la cojonera de oro también me da arcadas.





miércoles, 12 de septiembre de 2012

Dredd (2012)


¡Yo soy la ley!

Sí, lo vuelven a decir.



Bueno, entrando en el tema la película que nos ocupa hoy es la segunda conversión al celuloide de este personaje de cómic trás una primera que tiene sus más y sus menos y que ha sido blanco de grandes críticas -algunas injustificadas, pero eso se verá otro día-. 
Después de ver esta película me da que el guionista -o responsable de la trama- se sintió especialmente inspirado en los momentos iniciales de la primera versión, justo cuando surgen esas escenas 'de presentación' en una guerra de bandas en uno de esos megaedifícios. Si alguno de ustedes ha visto la espantosa -aunque a veces acertada y con alguna escena muy inspirada (lástima de guión y algunos fallos de dirección)- «Redada Asesina» podrá coincidir conmigo que esta película oriental ha hecho algo más que inspirar al responsable de «Dredd». Si incluso el laboratorio de coca droga está en los pisos superiores.

Sin embargo, pese a sus inspiraciones-homenajes-robo de ideas, los responsables del guión han sabido conjugar esas ideas con el mundo de MegaCity1, los jueces y su peculiar situación. Con un guión firme, conciso y sin flecos, sin "locuras ilógicas" típicas de las malas películas de acción o terror, con unos personajes bien definidos que adoptan decisiones coherentes pese a lo jodido de su situación. Y, para más halagos, lo han hecho en una película "barata" -al menos a simple vista- que no necesita de grandes efectos especiales para mostrar un futuro post-apocalíptico, narrándonos un día de evaluación de la jueza Ánderson dentro de un megaedificio. Vamos que en escenarios tampoco se han pulido la pasta. Sin embargo la pasta luce en donde ha de hacerlo, como por ejemplo esa maravillosa representación en imágenes del efecto de la nueva droga "slowmo" -si sabéis inglés ya podéis suponer sus efectos-. 

Sobre los actores diré que cada día me gusta más Karl Urban (Dredd), que sin quitarse el casco transmite... lo poco que transmite siempre este personaje en el cómic. De hecho transmite más. La sorpresa sin embargo me la he llevado con Olivia Thirlby en su papel de Juez Ánderson. Sobre todo después de la porquería de papel que tenía en «La hora más oscura». En el papel de la mala malosa de turno (Ma-ma) tenemos a Lena Headey, que recordaremos por ser la reina espartana de «300», bordando su caracterización. El resto, pese a ser secundarios, cumplen muy bien.

El director maneja con soltura la cámara y la responsabilidad que recae sobre sus hombros rodando con pulso firme, y sin dejarse doblegar, una gran película de acción que lucha desde el rodaje hasta la sala de montaje para no ser repudiada al DVD directo por sus torrenciales cantidades de hemoglobina -que luego no son tanto-. Supongo que la gran aceptación que logró en sus primeros pases (y sobre todo la ComicCon) tubo algo que ver con ello. Es una alegría comprobar como no se ha dejado contagiar con la actual tendencia de rodar las secuencias de acción con borrones de movimiento confusos optando por un estilo algo "más tradicional" y más claro.

En resumen: sí es una buena película, sí es una gran película de acción, sí es la mejor conversión del personaje hasta la fecha, sí merece verla aunque no conozcas de nada al personaje.

PD (y esto va a doler a más de uno): El señor Karl Urban hizo bien en tomar buena nota de Sylvester Stallone cuando llevaba el casco puesto, de hecho algunas veces son calcados.




domingo, 2 de septiembre de 2012

Dredd Trailer final


Pronto, ya prontito prontito, estrenarán la nueva versión -lavado de cara, o reborn (cuantas formas de decir lo mismo, Dios mío)- de nuestro Juez favorito -no, no es Garzón-. El Juez Dredd.

Sí ese personaje de cómic que tubo su primera versión en celuloide haya por el 95, sí el siglo pasado, ha sido retomado por las cabezas pensantes de la industria cinematográfica y han decidido volverse a rascar el bolsillo haber si hacen más negocio que entonces, pese a no poseer -en teoría- el gancho publicitario que era entonces Stallone -un Stallone en horas bajas, todo hay que decirlo-.
Para ello -y según se comenta por los que la han visto- parece ser que se han puesto las pilas en cuanto el guión y los "detalles". Estos detalles que son la guinda del pastel cuando de conversiones de cómic hablamos. Como el hecho de que el Juez Dredd no se quita el casco en el cómic -mentira, aunque sólo lo he visto sin casco una vez-; o que la violencia es violencia no edulcorada; o el traje más "realista" de los jueces.

Bueno, así que os dejo el trailer definitivo -no, no puse ninguno de los anteriores antes- para que vosotros juzguéis si merece o no la pena gastarse los euros -más el nuevo iva- en ir a verla.



Y para los curiosos os dejo el trailer de la primera intentona.




jueves, 2 de agosto de 2012

Poster Juez Dredd

Por si no lo sabíais hay una nueva película del Juez Dreed. No podemos hablar de remake porque al parecer no se parece mucho a la del Stallone (que quede claro que a mí esa no me desagradó tanto como al resto de los mortales).
Además dicen que los que la han visto -creo que fue en la ComicCon, pero no me hagáis mucho caso- están muy pero que muy agradecidos de haberla visionado. Niveles de violencia extremos, acción a raudales, el protagonista no se quita nunca el casco (¿tanta importancia tiene eso?), etc...
Pero bueno, aquí está el poster de dicho acontecimiento, ala, que lo gustéis.