
Recordemos que Marvel Studios estrena el 4 de Noviembre la película basada en este personaje. Tal y como ya hizo en su momento con Ant-Man aprovecha la publicidad que le dan sus viñetas para poder llamar la atención del mayor público posible. Para ello la editorial lo ha escatimado recursos; en el guión Jason Aaron y en los lápices a Chris Bachalo. El guionista un personaje de renombre capaz de hacer interesante -y a ratos bueno- algo tan dispar como Lobezno y Los X-Men. Pero quizás lo más sorprendente sea el dibujo del señor Bachalo; una de sus pocas aportaciones fuera del mundo de los mutantes desde que saltó a la fama en el 94 con Generación X -salvo Steampunk, claro-.

Pero un buen dibujo no lo es todo. La historia de este nuevo/viejo doctor es simplemente cautivadora. En sus sintesis no deja de ser más de lo mismo: una amenaza total sobre la magia quiere acabar con lo que ya conocemos, etc... Sin embargo es el submundo mágico que crea el señor Aaron en el que nos vemos inmersos el mayor aliciente de esta historia, de esta renovación. Lugares nuevos -ese bar sin puertas, de magos, oculto a plena vista- y lugares viejos que lucen nuevos -como la mansión del doctor-. Interconectividad con el resto del Universo Marvel desde el primer episodio. Un personaje más maduro y castigado lleno de secretos. Una amenaza diferente. Y, quizás porque sea un fanático de la Espada y Brujería, ese toque guerrero que le ha implementado al Doctor Extraño desde la primera página como un mago de Rol que mientras lanza hechizos y conjuros no tiene miedo en usar su hacha de nivel 40.
Seis episodios llevan y deseando continuar con el séptimo. Sin duda una de las mejores sorpresas de esta renovación marvelita.
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