El padre de la acción moderna se fue.
Si hace pocos días hablaba de que cierto director debía aprender a dirigir las escenas de acción la persona que hoy nos ocupa bien podría haber sido su maestro. De hecho él fue el maestro de aquellos que hoy en día se reverencian como lo mejores directores de acción -¿me oyes Michael Bay?-. El hermano de Ridley Scott fue ámpliamente conocido por el público por las películas de acción y su buen hacer tras las cámaras, que demostraba que no sólo era un buen director de acción si no un profesional completo con poco que envidiar de su hermano.
En lo que aparentemente ha sido un suicidio el señor Scott ha dado fin a su vida -¿quizás debido a las malas críticas de Prometheus, de la que él es productor?- lanzándose desde un puente al agua. Sí, primero tuvo la decencia de aparcar el coche y hacer el resto del camino a pata. Lo que yo digo siempre; hay que ser un caballero hasta el final.
En cuanto a su carrera, exitosa en su mayoría, podemos reflejar éxitos tan conocidos como Top Gun, Marea Roja, Días de Trueno, Spy Game,... películas que cada una de ellas han creado un antes y un después. Lo más curioso es que pocos recuerdan la maravillosa "El Ansia"; una visión diferente del mito vampírico protagonizada por una estupenda Susan Sarandon, un "alienígena" David Bowie y una extraña y maravillosa Catherine Deneuve. Sin duda una cinta a recuperar.
Se nos ha ido uno de los grandes del cine moderno, alguien al que grandes estrellas actuales le deben mucho. Sin él Tom Cruise no sería quien es ahora; o Denzel Washington sería un actor de color más del montón; Gene Hackman se habría quedado en el olvido; o Brad Pitt no hubiera podido demostrar su valía frente a Robert Redford. Sinceramente, ningún título suyo tiene desperdicio.
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