Más allá de la lógica la sinrazón impera en el Mundo Marvel.
La
Marvel decidió darle una vuelta de tuerca a su mundo y se sacó de la manga la máxima extensión del Acta de Registro
Mutante. Que para aquellos que desconozcan un poco el mundillo
mutante os explicaré que este acta en sí obligaba a todos los
mutantes marvelianos a registrase en un registro federal para poder ser siempre localizados. Cosa que en su tiempo se equiparó al comienzo del holocausto
judio en la
alemania nazi. Un tema que
dió mucho de sí pero parecía relegado a
decadas pasadas.

Ahora es otro registro, pero ya para todos los
superheroes. Al parecer los humanos acaban de
mosquearse del todo de los
superheroes y espoleados por el desastre creado por los Nuevos Guerreros en
Stamford crean algo llamado la Iniciativa y una ley para obligar a todos los
SH a registrarse. Entre los
SH se adoptan pues dos facciones: la que está a favor, liderada por
Iron Man y secundada por
Reed Richards,
Hank Pym,
hulka,
Spiderman y varios más; y la que está en contra, liderada por el Capitán
America.
La saga en sí está muy bien dibujada. Se divide en una serie troncal de siete números
maravillosamente dibujada por
Steve McNiven -llena de portadas alternativas preciosas de
Michael Turner y artículos
seudohistoricos sobre el mundo
marvel- y otra paralela llamada Primera Línea. En ésta se relata los acontecimientos de esta guerra según el punto de vista del humano, el ciudadano medio,
representado en dos periodistas:
Ben Urich y otra que no me acuerdo como se llama -creo que la crearon para esta serie-. A partir de estas series en todas las colecciones se siente esta guerra civil en forma de
crossovers de todo tipo.
Quizá el más interesante de todos los
crossovers sea el de
Spiderman pues al principio de los acontecimientos el chaval revela su identidad públicamente.
También es relevante indicar -que a estas alturas no descubro nada nuevo- que la serie termina con la muerte del Capitán
America.
Pero ahí algo que
huele a
tufillo en la serie. Es lo siguiente: resulta que nos muestran a dos bandos peleando por el famoso registro cuando no dejan clara la razón. En ningún momento dejan claro de qué va la famosa ley del registro pero "parecer ser" que el que se registre pone su poder, su vida, y de paso su culo, a las órdenes de
Shield. Vamos, que se alistan a una
super policia federal para dar caña a los malos. Esto conlleva la eliminación de sus vidas privadas. Entrenamiento sin medida, etc, etc...

Muchos de los
SH están de acuerdo en registrarse pero no en obedecer a
Shield. Esto es lo que le pasa al Capitán
America. No es por el registro en sí, si no más bien en el
alistamiento forzoso que eso conlleva. Pero como se puede ver después, en la serie La Iniciativa, resulta que no existe tal
alistamiento, simplemente si no quieres no lo haces y punto; pero si no te registras -y se supone que alguna especie de examen deberás pasar para ser apto o no apto (¿oposición?)- no puedes ejercer. Cosa que no se ve tan mal.
Así que se pelean dos bandos cuando lo único que tienen es que sentarse y dejar claras las cosas. Pero claro, eso no vende. Porque yo no me compraría un tebeo con el
Capi y
IronMan debatiendo si es forzoso el
alistamiento o no, o que medidas se tomarán para la
privacidad de los datos registrados. Y pelean, pelean, se esconden, planean, vuelven a pelear para que al final -y aquí se nota que el/los
guionistas no tenían ni puta idea de como acabar el lío- el Capitán América se rinda y se entregue.
Es interesante leer los números anteriores de
Iron Man (sagas
Extremis y
Ejercutar Programa) para comprender un poco más su posición en el tinglado al igual que saber algo de la vida del Capitán
America y de
Spiderman. No estaría de más leer también una
miniserie aparecida años antes llamada
Secret War en la que
Nick Furia -dando sus últimos coletazos como director de
Shield- engaña a los
SH para invadir y arrasar
Lavtería.
Dejando aparte golpes de efecto conseguidos como la
clonación de
Thor, la muerte del hombre gigante de segunda, la
modificación del universo
marvel tal y como conocemos, lo más interesante sea la
miniserie del lobezno (incluida en su serie principal) en la que él es el único que de verdad se preocupa de hallar al culpable del desastre de
Stamford. Para el resto de
mutantes su aparición es simplemente testimonial pues como ya dicen ellos mismos ya pasaron por el Acta de Registro
Mutante y nadie les apoyó.
En resumen: Una serie muy bien editada y planificada -por lo menos en España- que pese a ser muy entretenida, ocurrir grandes cosas y mostrar acontecimientos relevantes falla por la base en la que se plantea. No era necesaria la guerra civil para llegar a donde estamos ahora. Aunque no dudo que fue buena para las arcas de la
Marvel; y yo la disfruté bastante ¡qué diablos!