Y las dudas me asaltaron en la compra de su regalo.
Decidido a que no me pille el toro
fuí con tiempo a comprar el regalo de cumpleaños. Hubiera deseado que mi mujer me acompañara, y ella también, pero esclavos como somos de las
obligaciones sociales y personales ella no pudo venir -un beso, cariño-. Aún así, después de consultar con ella mi idea para este año, una vez bajada la persiana me dirigí hacia el centro comercial que mejor situado estaba para tan
dificil maniobra como es volver a mi barrio. Y es que las obras en Zaragoza te hacen
replantearte seriamente la utilidad de cualquier
GPS y planificar con antelación y detalle el retorno al hogar.
Diré que
fuí con una idea preestablecida de aquello que deseaba comprar. Alguna edición especial de
DVD que mereciera la pena de alguna película que le gustara a mi padre. Hasta ahí todo parece fácil. Pero por la mañana vi que existía la edición especial de la serie
Twin Peaks. La cual recuerdo le gustó mucho a mi padre cuando la estrenaron, pero se cansó de que la eternizaran en demasía.
Y surgen las primeras dudas, ¿la serie o alguna película?
Pese a todo encaminé mis pasos al
Fnac con la resolución firme de comprar la serie esa dichosa y si no le gusta que le den. Plan B, la serie no está luego volvemos a la idea original de las películas.
¿Ahora cual? Siempre había creído ser conocedor de los gustos cinéfilos de mi padre. Y aún creo en ello. Pero claro, después de que ha visto tantas y tantas películas. De todo tipo de argumento y directores varios. Aún conociendo sus
prelidecciones en sus autores preferidos me invade una inseguridad ante la posible reacción de él al recibir el regalo que me aturde y me deja con una horrible verdad. A
traves de los años de convivencia, si bien le conozco en gustos, he podido observar que nunca sé, ni sabré, como reaccionará ante un presente de este tipo.
Y es que es un poquito raro a ese respecto.
Si nos basamos en los comentarios surgidos en la vida cotidiana surgen diversos motivos para decantarse por una u otra película, y
multiples razones para no
obtar a la elegida. Chico, fácil fácil no lo pone.
Así que, conocedor de que le gustó la película de
Dune -la de David
Lynch-, la busqué en su mejor edición. El problema es que ya la tiene grabada en
VHS -¿lo veis?-.
Como el regalo me parecía pobre miré los
packs de
DVD con
detenimiento. Media hora ahí plantado con cara de circunstancia sin saber que elegir -¡y a mi que no me gusta ir de compras!-. Al final, en un alarde de arrogancia (¡y si no le gusta que le den!), opté por la trilogía del Padrino, la edición más más nueva de todas. Qué buena es, pero que le agrade ya no lo sé.
En un intento pueril, y casi infantil, de intentar acertar pasé por caja con los dos regalos y opté por que me los envolvieran juntos. Sí, es verdad, con uno bastaba.
Afortunadamente mi
comprensiba mujer -un
besito- lo entendió después.
Como deducción a esta epopeya urbana familiar podremos decir que jamás llegarás a conocer del todo a nadie, ni siquiera a tu padre.
PD:
Max, a ver si escribes algo de una
puñetera vez.