martes, 7 de marzo de 2017

Perdida

La esposa perdida, el marido perdido, perdida la policía y su hermana.


Hasta el director parece perdido. No es por falta de ganas pero he tardado bastante en poder ver esta película. El director me atraía; el actor me convencía y la trama, en su sinopsis, parecía interesante; pero por A o por B nunca encontraba tiempo para verla. Y es que cuando mi instinto dice que no, más vale hacerle caso.

Nos encontramos con la historia de un marido que se encuentra de buenas a primeras que el día de su cumpleaños ha desaparecido su mujer y que parece haber sido raptada. Bueno, hasta aquí parece todo normal. Si no fuera porque el comportamiento del marido dista mucho de ser normal. Sí, se pasea por todos los sitios haciendo lo posible para encontrarla pero su rostro tampoco es que muestre mucho dolor. Esto ya nos hace sospechar. 
Nos encontramos con una policía que lleva el caso con más luces que cualquier otro policía de termino medio de cualquier película de este estilo. Pero solo en apariencia porque tampoco es que haga mucho en la película salvo repetir una y otra vez que las piezas no encajan.
Nos encontramos con el típico policía, ayundante de la primera, que está cortado por el típico patrón del tonto que no ve más allá de sus narices.
Nos volvemos encontrar con el mismo marido que en lugar de ser transparente con la policía decide ocultar algún que otro secretillo. Lo cual, obviamente, no hace más que afinazar su posición como sospechoso.
Nos encontramos con su hermana que es la única que realiza un papel coherente en toda la película. Aplausos.
Nos encontramos con una esposa que no está perdida, por lo menos para ella. Sorpresa, no. Ya desde el principio se sabe o se sospecha de algo así. Una mujer muuu lista y muu inteligente capaz de urdir un plan a largo plazo y llevarlo a cabo sin fisuras pero fallar en tonterías ajenas a la planificación. Que no diré porque no quiero reventar mucho la trama.
Nos encontramos con un guión que navega entre la trama, la sospecha infundada y luego el drama para no decidirse en ningún momento y con más agujeros que un colador.
Por lo que podéis ver nos encontramos con algo que dista mucho de ser la maravilla que anunciaba o prometía ser.

¿Qué podía hacer David Finch con una historía así? ¿Renunciar o cobrar el talón? Todos tenemos que comer y me gustaría pensar que aquellos fallos que son tan evidentes -sobre todo en la segunda mitad de la película- son producto de continuas reescrituras de guión o de escenas eliminadas. 

En resumen: ver una vez y no más.

Lo mejor: el abogado, que ahora no recuerdo el nombre del actor.
Lo peor: el hastío que te deja tras verla.

Os dejo el trailer a continuación para que comprendáis la importancia de un trailer para traer culos a las butacas, pues el anuncio a mí me convenció.





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