jueves, 9 de marzo de 2017

Animales fantásticos y dónde encontrarlos.

El potterverso se expande, hacia el pasado.


Dado que la autora de Harry Potter se niega a escribir más sobre su personaje principal la máquina de hacer dinero que se ha convertido su franquicia cinematográfica se ha tenido que buscar otra forma de explotar la gallina de los huevos de oro. Lo entiendo. Esto es un negocio y si funciona no hay que dejarlo. El problema sería que el público se cansará de estas películas y le dieran así carpetazo. Pero la cosa no tiene pinta de acabar. Y si siguen haciendo películas de la misma calidad que las últimas -incluida esta- yo tampoco quiero que acaben.

Buscando ideas la guionista otrora autora literaria nos decide contar un pasaje del pasado mágico de uno de esos magos que comentaba de pasada en los salones de Howart. Uno que se dedicó en su tiempo a estudiar y recopilar apuntes en un manual de seres fantásticos que luego estudiarían todos los jóvenes magos del mundo. Nos situa la historia en el Nueva York de los años 20 en una visita clandestina de este mago británico a las colonias que se le complica sobre manera. No diré muchos detalles pero aseguraré que la historia no está exenta de emoción, ternura y diversión a partes iguales con una dirección efectiva sin ser espectacular, pero bien medida. Personalmente creo que se le otorga demasiado mérito al director David Yates pero mientras siga así tiene el sustento asegurado. No en vano tiene en preproducción la segunda parte de esta y planeadas tres más. 

Los personajes se dejan querer con facilidad, la historia es sencilla de seguir. No falta su toque romántico y el gordito gracioso para algún chiste ocasional. Los efectos especiales están muy logrados de tal forma que tenemos todo un buen paquete entretenido. Una máquina de hacer dinero. Se hecha en falta un toque más adulto, un poco más de seriedad al conjunto que quitara algunas inconsistencias del guión pero hay que comprender al público al que está dirigido; gente ávida de más historias insustanciales de Potterverso que les mantengan entretenidos durante dos horas con múltiples guiños y referencias cruzadas -que seguro que yo no pillé ni el 10%-.
Sinceramente, si los fans de estas historias fueran la mitad de exigentes que los de StarWars la red hubiera ardido en su día -también pienso que estos últimos se pasan en sus espectativas cada vez que sale una película-.

En resumen: una buena precuela en lo que a su meta pretende. La podrás ver varias veces sin cansarte.

Lo mejor: el diseño de producción y el Potterverso.
Lo peor: unos personajes un tanto infantiles.



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