domingo, 8 de abril de 2012

Ira de Titanes

Crono, en su esplendor, arrojando lava a diestro y siniestro.
El momento de la venganza.

Por partida doble, era el momento de demostrar que la nueva franquicia podría sobrevivir a las malas críticas que recibió su primera parte con un buen guión, buenos actores y un buen diseño de producción (lástima que se olvidaron del director), y por otra parte la historia motor de la película no es otra que la venganza de Crono frente a sus hijos. 
Sin embargo esta es una película de la que sales del cine sin saber si agradecer su visión o lamentar el gasto de la entrada. Me explicaré mejor, y para ello no veo otra forma más idónea que señalar sus aciertos y defectos. Sí, me temo que habrá spoilers.

El guión es entretenido, plagado de dioses, rencores familiares, peleas, monstruos raros, sitios raros; vamos, lo que esperamos ver siempre que pagamos la entrada de una película de corte mitológico.
Con un esquema calcado del de su predecesora la película nos cuenta que: Un monstruo va a ser liberado-Perseo pasa del tema-Perseo es convencido y se implica en la tarea-Perseo empieza la búsqueda-Perseo busca ayuda y la encuentra-Perseo localiza su objetivo y lo cumple-Perseo llega por los pelos a salvar a los humanos del monstruo desatado. Como Spoiler raro no está mal ¿eh? Sin embargo la historia es muy entretenida, más incluso que la primera. Se le da un mayor protagonismo a los dioses y sus apariciones siempre  son divinas -jejejeje-, aunque se heche en falta al resto del elenco olímpico. Eso es porque aquí sólo aparecen Ades, Ares, Neptuno, Zeus y Efestos. No las cuentas no me salen, creo que los dioses del Olimpo eran unos pocos más. Pero bueno, se hechan en falta pero no molestan. También es cierto la aparición de detalles absurdos como la aparición de las trampas en la isla de Efestos. Estas trampas, menos una -que casualmente atrapa al hijo de Neptuno-, parecen estar diseñadas para los gigantes (de hecho una de ellas es la que derriba al gigante enemigo de Perseo). Claro, como el mundo está superpoblado de gigantes vamos a crear trampas para ellos porque así, nosotros únicos tres gigantes, viviremos en esta isla mágica y perdida de la mano de los dioses sin ninguna otra compañía de nuestra especie (y nos mataremos a pajas por toda la eternidad). Otra curiosite de la película es la aparición del buho mecánico en la isla de Efesto ¿Cómo habrá llegado hasta allí?

La quimera da pie a la primera pelea de la cinta.

Los efectos especiales son muy buenos -a estas alturas es difícil que una película luzca unos malos efectos especiales. Pero bueno, si se empecinan lo consiguen.-, lástima que no luzcan en pantalla por culpa del formato televisivo empleado. No hablo del cinemascope, sino de la manía del director de rodar medios planos y primeros planos continuamente sin atreverse a hacer panorámicas y planos más propios del cien que de las telenovelas. Porque digo yo que sí te gastas 100 millones de dólares en una película querrás que estos luzcan en pantalla ¿o no? Pues así mal vamos. De hecho las mejores tomas (en este momento sólo me acuerdo de tres) desentonan tanto con el resto que parecen rodadas por la segunda unidad. Pero es en esas tomas en donde los efectos y el, por qué negarlo, maravillo diseño artístico lucen como deben. 
Hablando del diseño artístico he de admitir que mientras admiraba -lo que las tomas me dejaban ver- la representación del Tártaro o su entrada no podía quitarme de la cabeza el videojuego God Of War. Han cambiado cosas respecto a la película anterior; como que esta vez los dioses no se parecen tanto a los Caballeros del Zodiaco, aunque yo, la verdad, no veía nada malo en ese parecido. Es agradable ver como han reconvertido al malo de Legend en el minotauro del laberinto del Tártaro (sí, habrá espectadores que no sabrán de qué estoy hablando, XD). Aunque no me gusta mucho ver a Ares como una copia barata de Thor y su martillo. ¿Por qué siempre que aparece un laberinto, en estas películas, tiene que haber un minotauro?

Los actores van igual que en la primera película. El sosías de Sam Worthington sigue tan inexpresivo como siempre y el mayor acierto de la primera, los dioses, son reconocidos y su presencia más aprovechada. Y ella, oh ella, preciosa Andrómeda, es ahora una mujer de armas tomar. Toda una reina, con el protagonismo que ello conlleva.

En cuanto a la dirección creo que ya lo he dejado claro antes. No entiendo el cambio de director si el nuevo  cae en los mismos errores del anterior (aunque en las peleas hay un poco más de claridad que en la anterior). Sólo apuntaré que a la película le pesa -¡además!- la falta de épica, sobre todo en la batalla final que promete mucho pero luego se queda en nada. No dejo de pensar que habría sido de este film si lo hubiera cogido en sus manos alguien como Peter Jackson, o alguien cualquiera que supiera diferenciar un telefilm de una película de cine.

El malo de Legend, no el minotauro.

Algo que sí me ha defraudado bastante es que Crono sólo se dedica a arrojar lava, como si no se hubiera duchado en mil años y arrojara sudor por doquier. ¡Joder, que es el padre de los dioses! Digo yo que algo más podría hacer, ¿no?



Sin embargo, para aclarar ideas, diré que yo he disfrutado con esta película como un crío -y a bien seguro volveré a disfrutarla-. Quizás sea porque adoro todas las películas basadas en la mitología -aunque sea de refilón-. O quizás porque no necesito una obra perfecta para poder pasar un buen rato delante de la pantalla. O simplemente sea porque tengo el gusto en el culo.




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