Al medio día estoy viendo parte -porque no me da tiempo de más- de una película. Me hacia ilusión verla y en este mundo ajetreado o la veo por partes o nada. Tiempo justo para comer y ver aproximadamente la mitad de la peli. Narices. Llevo 40 minutos para ver sólo 20. Entre parada y parada pierdo el tiempo de visionado y sólo me queda la esperanza de alcanzar a ver un tiroteo del que lo poco que me acuerdo me agradó bastante. Las 15h, no sé si llegaré a verlo. Tiene que ser ya. Las 15.10, pues no es todavía y como tarde a las 15:20 me tengo que ir. Las 15:12 h, llamada al móvil. Mi madre. Pause al DVD.
- Hola Lola.
- Hola hijo, ¿me has llamado?
-¿yo? -vaya por Dios, que perdida de tiempo.
-Pues tengo dos llamadas perdidas tuyas.
-¿De que fecha te dice?
-No lo sé, no lo he mirado.
-Pues no te he llamado.
-Vale pues. Pues ¿cómo estáis? y esas cosas...
-Bien, bien.
Breve, muy cortita, pero ya no he visto el tiroteo. Mas estoy seguro que a ella le han salido las dos llamadas perdidas. ¡¿Que vamos a hacer si Movistar es así?! Llamas un jueves y aparecen el Lunes.
Así que si no te joden a mensajitos o llamadas promocionales te la meten con llamadas perdidas fantasma.
Entre eso y que me he enterado de que la misma compañía cobra más caro a los españoles que a los ingleses estoy por darme de baja. Y todo gracias a la privatización de Telefónica de España por el PP.
Gracias PP, por allanar el camino a la crisis, gracias.
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