miércoles, 4 de abril de 2012

Detrás de las paredes


Raptando un poco el tiempo antes de irme a ver Ira de Titanes hablaré de esta película reciente que se une a la reciente ¿moda? de juntar a buenos actores para fracasar en taquilla en películas sosas.

Porque la película es sosa de narices, insípida e insulsa. Pese a su elegante factura asistimos a un producto indefinido que intenta sorprendernos con situaciones y reacciones extrañas -no de terror- que sufren el/los protagonistas cuando se van a vivir a su nuevo hogar. Es frustrante como un producto envuelto en el papel del terror hogareño no nos hace pasar miedo hasta el minuto cuarenta -cuando se resuelve el primer misterio-, en donde nos da miedo pensar en qué hemos invertido nuestros euros. El resto, otros cuarenta minutos y pico, se dedica a derivar y dar rodeos sobre el otro misterio que queda por resolver.

Sería normal pensar que, aparte de aquello que nos resuelve tras cerca de noventa minutos, nos aclare también dudas como ¿eran amantes? ¿estaban todos liados? Pero no. Eso ahí y con eso te quedas. 

Olvidaros de ella si pensabais asistir a una película típica de fantasmas y casas encantadas. Verla sólo por curiosidad o si eres fan de algunos de los actores que anuncian en el cartel -que es lo único bueno de la película al no actuar nada mal-. Un cartel engañoso, por qué negarlo.



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