domingo, 13 de diciembre de 2009

En busca del Batono desaparecido

Y la nave, y la madre que la parió.

Atascado como estaba en el juego descubro una salida de dicho atolladero: La búsqueda de Batono -que no me acuerdo ni quien es ni nada-. Al parecer un antiguo empleado de la corporación Czerka que pidió ayuda a los ithorianos. Su jefe, Chodo, me indica que lo ocultaron en el apartamento c1, y me da la llave maestra.

Con una pequeña conversación le convencí para que me acompañara a testificar, logrando así terminar la quest.

Lo lógico era acudir después al jefe de los ithorianos, el cual me indica donde podría estar mi nave perdida. Al parecer un pnj que está en el exterior sabe algo, para contactar con él me prestan una lanzadera -muy parecida a la de Star Wars, de cientos de años más tarde-. Ni corto ni perezoso, y porque no sé que más hacer por ahí, me embarco hacia el exterior de Talos. Si tengo suerte me encontraré con aquellos asesinos que busca el FST.

Volar volé bien, aterrizar no tanto. Después de cacharrazo resulta que me salva la vida el tipo que estaba buscando, que para más casualidades era un antiguo compañero mío de las guerras sith. Mira tú por donde.

Pues nada, a andar un poco por los acantilados matando a todo el que se ponga enfrente y después de llegar a la base de Czerka y meterme dentro del complejo militar subterráneo consigo matar todos los robots de dentro de dicha base. Sobre todo el robot grande que aparece junto a la lanzadera -¡qué mal dio el jodido!-. Tomo otra lanzadera que me lleva a una base en el polo -¿norte o sur? no me acuerdo ya- en donde volvemos a estrellar la puta nave -no damos a basto- encima de una meseta helada. Para colmo ahí me esperan varios droídes asesinos.

Hasta ahí puedo contar, ya veré como me los cargo.

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