Algo ha pasado. En una reunión de activistas antimutantes Magneto entra arrasando con todos. Es Erik Larsen otra vez un asesino o un truco publicitario.
Asistimos al retorno de Joseph. Para el que no lo recuerde él era un clon creado por Astra que murió salvando el planeta cuya base genética era el propio Magneto. Para el que no le recuerde le aconsejo que se lea X-Men v.1 n.º 86 (III/1999) o su edición española (X-Men v.2 n.º46 del 2/2000). Este retorno esta marcado por un guión a priori interesante cuyo primer número es bastante aceptable; el segundo es inverosímil -dado que no hay quién se crea que el auténtico Magneto salga de Utopia sin vigilancia ni nada-; en el tercero contemplamos el regreso de la Hermandad de Mutantes Diabólicos -más bien clones de ellos- e intuímos el auténtico porqué de la resurrección de Joseph y su vinculación con el grupo "Humanos Ahora". Y el cuarto pues, como siempre, la pelea final
El dibujo del señor Clay Mann -últimamente muy de moda- cada vez recuerda más a Oliver Coipel, sin alcanzar las maravillas de este. Aunque sigue fielmente su estilo cinematográfico, lo cual bien puede ser por indicación del guión.
En la historia te encuentras cosas curiosas como la citada anteriormente (Magneto andando suelto por ahí); la propia Astra nos la pintan como una jefa desalmada y luego como una furcia sumisa cual perra a los pies de Joseph.
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