sábado, 25 de marzo de 2017

Shin Godzilla

El grande, el original, el arrasa Tokio por excelencia ha vuelto.




Ya avisaron y no nos lo creíamos. O nos importaba bien poco, que también. Los japoneses, tras el éxito de la última versión americana de su monstruo autóctono, amenazaron con el resurgimiento de este para mostrarlo más y mejor. Y lo han hecho. Vaya que si lo han hecho.


Empezaré admitiendo que mi conocimiento de la versión original -entendamos por esta la que viene del país del sol naciente- no pasa más de algunas escenas sueltas del típico actor disfrazado aporreando a otros actores mientras destrozaban maquetas más o menos conseguidas de la ciudad víctima elegida para la ocasión. Sí recuerdo haber visto la mítica King Kong contra Godzilla en un cine improvisado en mi colegio cuando cursaba la EGB, pero del guión me acuerdo más bien poco.
Por lo cual nos ahorraremos comparaciones con versiones anteriores de la misma procedencia.



Lo que nos encontramos en sus casi dos horas de metraje es la primera aparición de Gojira -sí, así lo llaman los japoneses y como Godzilla lo bautizan los americanos. Incluso hay una anécdota sobre ello que recuerda a la misma anécdota de la primera versión americana sobre el nombre-. El bicho con forma de dinosaurio con enorme cola (muy enorme, sobre todo en su evolución final) aparece por sorpresa en la capital nipona arrasando todo lo que se menea. Y los nipones pues tienen que tomar cartas en el asunto y destruirlo, con más o menos intervención extranjera. Y así os he resumido la película. Pero lo que nos encontramos no es una simple película de acción incesante de intentos fallidos hasta que al final terminan con él -espero que esto no haya sido ningún spoiler-. Durante la primera parte de la película el guión nos muestra una crítica mordaz al sistema político burocrático del país que casi es peor que el monstruo en sí pues les obliga a reaccionar tarde mientras el bicho va haciendo su aparición bien medida y escalada. Esto podría ser realmente aburrido sino fuera porque está dirigido de una forma muy dinámica y entretenida. De tal forma que mientras saltamos de reunión a reunión, discusión y tomas de decisiones más o menos acertadas nos mantiene atentos a la pantalla y, a veces, nos muestra alguna toma espectacular del monstruo. Pero media hora bastaría.



Porque el monstruo en sí es espectacular. Desconozco cuanta parte corresponde a CGI y cuanta a la animación tradicional de maquetas y muñecos pero no se aprecia diferencia alguna -quizás en los ojos de su primera versión; faltos de vida y dirección-. Pero el bicho es grande de narices. Imponente y asombroso que nos regala algunas estampas de destrucción sin medida alucinantes.
Es en la segunda mitad cuando comienza la acción propiamente dicha y nos enredan un poco la trama con la intervención internacional pero entre tiros, bombas y alguna que otra estúpida ridiculez -como el plan definitivo final- la película no sale mal parada.

En resumen: para pasar el rato, largo, volviendo a nuestra niñez.
Lo mejor: es el Gojira original de todo por la destrucción.
Lo peor: quizás demasiado larga en su primera mitad.

Como no podría faltar aquí va un trailer de esta monstruosidad de película.







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