sábado, 22 de agosto de 2015

Wyrmwood La carretera de los muertos

Zombis apestosos.


El subtítulo no es broma, no. Estos zombis apestan, es más, emiten gases durante el día altamente combustibles. Por la noche, no. Por la noche son más rápidos y no pierden gas.

Tras poder ver la ¿maravillosa? Extintion había que volver al redil de la serie B o Z. Esta producción de bajo coste nos situa en Australia en donde está la típica apocalipsis zombi que pilla a todos desprevenidos. ¿A todos? No, porque un pequeño grupo del ejército -que más parecen paramilitares sacados de SHIELD- sí está al tanto y se dedica a recolectar muertos pululantes para que un científico loco se dedique a experimentar con ellos en un laboratorio rodante -un simple camión frigorífico adaptado para tal efecto-. Al estilo de todas las películas de zombis seguiremos las peripecias del protagonista que busca a su hermana a lo largo de la carretera de los muertos que menciona el título.

No nos engañemos. La película es mala de narices. Tiene algunos aciertos cojonudos en cuanto a la dirección pero en un 90% es, como diríamos en España, infumable. El guión sabe movernos por escenas más o menos interesantes que desgraciadamente se malogran con diálogos sin gracia y -¿porqué no decirlo?- malos de narices.

Mi consejo es que si logras soportar 20 minutos continua viéndola hasta el final e igual no pasas tan mal rato como te temías. Sobre todo con el giro de tuerca que hacen con la hermana, más digno de una película de superhéroes que de una de zombis.