jueves, 24 de septiembre de 2015

Pixels

Rememorando batallitas de arcades.


No negaremos lo evidente. Estamos ante un película de Adam Sandler y eso es ya de por sí una película que o es mala o simplemente aceptable. Si empezamos con la premisa de que es un intento de mostrar a los que peinamos canas que se pueden mezclar viejos arcades con la vida real podríamos suponer lo peor. Sin embargo la película es más que aceptable con un guión -aunque ciertamente estúpido o irreal- pasable.

La dirección es efectiva con algún toque de genialidad. No en vano hablamos de Chris Columbus del cual debemos películas de las que casi todos guardamos buen recuerdo.
Los actores cumplen. Los más acostumbrados a hacer el payaso frente las cámaras se mueven en su salsa mientras que otros se notan un poco forzados. Aún así -quizás sea por el doblaje- ninguno está mal.
Los efectos especiales son geniales. Incluso te puedes llegar a creer que esas batallas pueden llegar a suceder. Especial atención al homenaje del Tetris eliminando pisos de un edificio.
Pero la película, pese a todos los detalles comentados, se iría por el retrete del absurdo si la historia que nos contara fuera basura. Partiendo con la base irreal de lo que acaba sucediendo la verdad es que se lleva muy bien y resulta muy interesante. Hay que agradecer la falta de pretenciosidad de la película sabiendo desde un principio a lo que podía aspirar.

Lo mejor: el sentimiento de añoranza y las frenéticas ganas que surgen de jugar al Asteroids.
Lo peor: pues que si no conoces esos juegos igual la película no te dice nada.




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