domingo, 31 de marzo de 2013

Oz, un mundo de fantasía

El grande y poderoso.


Yo quería ver G.I.Joe, mi amigo quería ver G.I. Joe, pero la jefa no. Así que elegimos susto en lugar de muerte. Y vaya susto que nos hemos dado. Un susto de 130 minutos de cuyos últimos 40 nos los hemos pasado mirando el puñetero reloj por dos razones: la película se había convertido en un sopor gracias al tufillo infantiloide que la impregnaba -y algún fallo tonto que otro- y, segundo pero no por ello menos importante, nos estábamos meando. Sí señores. También somos humanos y cuando la película es como es recurrimos a las palomitas -saladas- que nos llevan a la Coca-Cola -aguada- y pasa lo que pasa.

En honor a la verdad confesaré que es una película casi técnicamente buena-eso creo sí-. Buena dirección, buenos actores -pese a que a James Franco no lo trago- y un buen diseño artístico -que rememora ligeramente a Alicia de Tim Burton. Sobre todo si encima la música es de Danny Elfman-. 
El guión peca de ser demasiado infántil y moralista. En el trailer no sale algo así vendiéndonos lo que no es. Y la primera parte -en formato televisivo y blanco y negro- de nuestro mundo se hace pesada y demasiado larga. Encima tiene la molesta insistencia de presentarnos continuamente al protagonista Oz como un sinverguenza, por si nos habíamos olvidado después de una hora de metraje. Cosa que se hace hasta tedioso e insoportable. Ni el contrapunto cómico del mono con alas ese lo suaviza.
El mundo de Oz que nos presenta es un bonito paraje de fantasía lleno de campos verdes, ciudades fantásticas, alfombrados puentes naturales de piedra, con su particular fauna y el famoso camino de losas amarillas. Lástima que a veces los efectos especiales cantan a la legua. Sin embargo personalmente me molestan más las incoherencias del guión que algún defectillo técnico ocasional (travelings borrosos, por ejemplo).
Incoherencias como -y a partir de aquí hay SPOILERS-: ¿Cómo demonios la bruja mala puede tener engañada a su hermana? ¿Y los habitantes del Ciudad Esmeralda son tontos o qué? ¿Acaso no se dan cuenta que tienen monos alados volando sobre sus cabezas de vez en cuando? ¿Tan tontas son las brujas malvadas que no se dan cuenta del campo de amapolas? ¿Cómo demonios consiguen hacer que los espantapájaros funcionen mecánicamente? Porque tal y como nos lo enseñan no hay forma a no ser que alguien previamente pase el campo de amapolas.
Sin embargo si nos inmunizamos a la moralina estúpida que impregna la película incluso podemos disfrutarla -aunque yo la acortaría un poco, sobre todo el inicio- y apreciar los guiños que nos brindan sobre «El Mago de Oz».

Lo mejor: Pese al exceso de metraje la dirección tiene momentos que se sale. Como la escena del "viaje en globo", que es aterradora; no apta para niños.
Lo peor: Un guión excesivamente moralista y poca acción. Los niños se deben aburrir como ostras.

PD: Pero lo mejor de lo mejor es el «¿Por qué?» exclamado por mi amiga cuando ha visto que en el pasillo de salida había baños para los hombres y los de mujeres estaban bastante más adelante. Ese por qué clamando al cielo por la injusticia sufrida era digno de incluirlo en la mejor representación teatral del drama más dramón -ríete tú de Los Miserables-.










No hay comentarios: