lunes, 10 de septiembre de 2012

Stake Land


Tierra de estaca.


Película post-apocalíptica, tranquila, pausada con grandes elípsis temporales, que narra la odisea de un adulto y un adolescente en su intento de llegar a Nuevo Eden, en un mundo que ha sufrido una infección zombie, perdón rectifico, una invasión vampírica.
¿Seguro? No sé, es que en esta película si cogemos a los zombies del tipo rápido-tontorrón y les ponemos colmillos y una alergia desmesurada al Sol tenemos a estos vampiros que aquí se nos presentan. Vampiros que, se supone, han dado al traste con la civilización. Pero yo no me lo creo ni borracho, no hay más que verlos, aunque supongamos que sí -que si no no hay película-.
Más adelante sabremos que de estos vampiros -que ya habréis supuesto no se parecen en nada a ninguna versión conocida, ni sangrienta ni romántica- los hay mutantes, pero ninguno que piense (como dije antes son tontos), y los bersekers, dificilísimos de matar (que pese a lo que digan sí que demuestran inteligencia) gracias a una coraza osea que impide pincharles el corazón. Es precisamente estos vampiros sin dos dedos de frente lo que más cuesta digerir en esta película; ya nos hemos tragado la versión "diamante" crepuscular como para que ahora nos metamos en la cabeza a estos colmillos tipo perro rabioso atolondrado. De hecho -¡ojo spolier!- el último vampiro es el más parecido a los conocidos por todos nosotros y les ponen en serios aprietos.



Ignorando esta novedad en el género lo que realmente nos encontramos en una roadmovie que, con un arranque cautivador (el rescate del adolescente) que nos sirve para meternos directamente en ese mundo desolado, con un ritmo pausado y medido nos atrapa y cautiva desde la distancia hasta el final. No es que sea un guión perfecto, no es que sea un alarde del cine vampírico -de hecho la inclusión de estos seres podría pasar por anecdótica o simple excusa para el escenario-, de hecho no deja de estar lleno de agujeros por todos los lados. Agujeros del tipo "no me creo que la pelea contra un vampiro sea así de fácil", "se supone que están en la zona ocupada por la secta pro-vampírica y durante todos esos años hay un poblado 'enemigo' de esa secta en medio de su zona" o "¿cómo atrapan a los vampiros para luego soltarlos desde un helicóptero?" y más. Los personajes, menos los 2 principales, entran y salen de la historia sin darnos tiempo a empatizar con ellos. ¿Quizás adrede para demostrarnos la crudeza de ese mundo en dónde la noche no es segura para nadie? Y ya de paso el día tampoco lo es, pero eso son detalles.

En resumen deberíamos mirarla con otros ojos, olvidarnos que son vampiros lo que nos representan, y disfrutarla como lo que es: un paseo por destrozada américa de sur a norte.




3 comentarios:

alcorze dijo...

A mi me gustó bastante. Una road movie postapocalíptica de las buenas. Y los vampiros zombis también eran interesantes, así como la existencia de las sectas.

Tiene alguna cosa cuestionable pero en general me pareció un peliculón. De hecho, después de verla en VO, me la volví a ver doblada.

¡Un saludo!

J.J. González Haro dijo...

hey... a mi tambien me gusto. Mi novia/mujer se reia de algunas cosillas pero la verdad es que tiene sus puntos.

SarlaukaJop dijo...

A mí también me ha gustado pero es que el tema vampiril casi parece pillado por la moda actual de los chupasangres.
Eso me deja otra pregunta: ¿desbancarán los vampiros a los zombies?
Dios, espero que no porque considero que ambos se complementan muy bien; pero las cosas son como son y las modas vienen y van.