sábado, 18 de agosto de 2012

El legado de Bourne

Más Bourne sin Bourne (o como Ojo de Halcón perdió sus flechas).


Había varios factores que me iban a llevar irremediablemente al visionado de esta película: el primero es el actor protagonista -un auténtico desconocido para mí hasta que lo vi en Misión Imposible 4, más conocido todavía por ser Ojo de Halcón en Los Vengadores-, el segundo es la actriz protagonista -Rachel Weisz; una de mis actrices favoritas (a ver cuando me trago "Agora")-, el tercero es la participación de Edward Norton -sí, el Hulk de la segunda pelí del personaje de la Marvel. Anda que no hubiera estado bien ni nada que apareciera él en Los Vengadores-, y el cuarto es su inclusión (a modo de SpinOff) en la saga Bourne.

Pues después de haberme tragado sus 135 minutos (ahí es nada) diré que, aunque no lamento su visionado (y seguramente veré la continuación -que seguro hay-), el director merece más palos que la actual política económica de nuestro gobierno. He podido leer por ahí (en la web y algún periódico que paga mucho para alguien que ve tan poco) que el guión no es gran cosa y que si esta película no tuviera el nombre de Bourne en el título no ganaría un colín. Falso, falsísimo. Cierto es que la trama está lejos de ser enrevesada, y se aleja de complicaciones tan típicas en las películas de espionajes de no saber quien es el malo o el bueno y no enterarse de que va el asunto hasta cerca del final, pero recordemos que los mismos bocazas que critican ésta alababan la historia del Caso Bourne cuya historia dejaba toda las complicaciones para las coreografías de las escenas de acción. Así pues no tenemos una gran película de espías -¡qué demonios, ni las de James Bond son grandes películas de espías!- pero sí tenemos una historia entretenida, que quizás peca de dar una sensación de deja vu mientras la estás viendo, con un buen reparto e interacción con las películas de Bourne. 

Pero después de todo, y lo siento pero aquí hay spoilers, lo malo de la película no es el guión -que por supuesto también tiene sus fallitos- sino el tramo final del metraje, en donde realmente está el grueso de las escenas de acción. El trailer (que dejo al final del post) es bastante engañoso ofreciéndonos una película de acción trepidante con tomas al "estilo Bourne". Pues olvidaros. Si bien es cierto que en el tramo medio hay una escena de acción -pasable aunque realmente podría haber estado mejor, mucho mejor- en casa de la protagonista los productores, y el director, se reservan el plato fuerte para la persecución final en Manila -aunque se parece sospechosamente a las fabelas de Río de Janeiro-. 
Desgraciadamente el director se dedica a mover la cámara sin ningún acierto en los encuadres y el tempo y cuando los "buenos" van en moto ya no te enteras de nada. Pero de nada oye, confusa es poco. Sé que ocurre algo con un autobus; los policías aparecen y desaparecen por arte de magia -muy malos han de ser-; no se ve por donde corren; ni con quien chocan; sólo son escenas breves (apenas de un segundo) con encuadres demasiado cercanos (apenas ves nada) que te hacen intuir (más bien adivinar en un supremo esfuerzo pese al aire acondicionado de la sala) de que coño va la persecución que estás viendo. ¿A qué coño viene esto? ¿Acaso intenta emular a los directores de la saga Bourne? -que quieras que no crearon un estilo propio- ¿O simplemente mal copia al señor Michael Bay (alguien que, pese a quien pese, a creado escuela)?
Si tenemos en cuenta que esto es el plato fuerte casi me quedo con la ensalada del principio y el vino, que es donde la dirección gana enteros, a la espera de que el postre sepa mejor. El postre será la segunda parte pues el final se queda claramente abierto para ella.

En resumen: buenos actores, decente guión y mal director. A este, un tal Tony Gilroy, le recomiendo (no, le ruego) que se estudie todas las películas de Arma Letal antes de volver siquiera a pensar en rodar un película de acción.

Pd: Una cosa que nunca he entendido -pero debe de ser así porque en todas las novelas y películas de espías sucede, ;D- es el hecho de que cuando una operación se ve comprometida, sobre todo si es moralmente discutible, siempre deciden cortar con lo sano. Joder, si a veces es mucho más fácil modificar la puñetera documentación y ya está (en la película que hoy nos toca es así). Pero no, siempre deciden tirar por la borda los cientos de millones de dólares de inversión usados para el proyecto X y de paso las vidas responsables del mismo. Chicos, será por la crisis que nos toca pero yo no lo entiendo.

Pd 2: Ahora tengo que volver a ver la trilogía Bourne porque no consigo casar exactamente cuando de ellas transcurre la película de hoy, si es en la tercera o entre la segunda y la tercera.

Pd 3: También me han entrado unas ganas locas de ver las dos últimas de James Bond. ¿Por qué será?






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