sábado, 21 de abril de 2012

Skyrim (16): Dragones a mí.

Después de estar con la tal Delphine y matar un dragón, entre los dos, recién resucitado por otro dragón más feo (en las cercanías de la «Arboleda de Kynes») decidí visitar a los viejos Barbas Grises y aprender así otra palabra de poder más. Tras ello, buscando a mi compañera perdida días antes por las cercanías de «Claro Sombra del Otoño», me vi atraído por el siguiente castillo al sur del mapa y eso me llevó -lo que son las cosas- a visitar el «Mirador de la Lengua Perdida».
Otro dragón me dio allí la bienvenida. ¡Media hora para cargármelo! Pero mereció la pena.

Torre de Luz Oscura

Un oso, que mal dan.

Menos mal que encontré este parapeto para poder dispararle mientras me curaba.

Casi derrotado, pero no. Estaba fingiendo.

Muerto y yo absorviéndole el alma. ¡Qué por algo soy un Sangre de Dragón!

Hueste de Forel, en donde acabé después de matar el dragón. Esas ansias de explorar acabarán conmigo.

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