John Carter

Tarzán de Marte.

 He tenido la gracia de poder ver esta película -ayer-. Una película que al parecer se odia o se ama, cosa que no entiendo muy bien, y yo soy de los que la ama. 

Ajenos a su referente literario empezaremos por el principio, los trailers: cuando yo fui a verla las distribuidoras -o los que se encargen de ello- tuvieron a bien poner tres trailers de tres esperadas películas (Fable, Los Vengadores y la última de Batman). Con tan buen sabor de boca miedo daba ver como iba a continuar el resto de la sesión.

Miedos infundados porque me encontré con una película de aventuras super entretenida (que no vi en 3D), que en absoluto nos aburre en ningún minuto. Quizás en su contra podríamos decir que el arranque de la misma se hace un poco... irritante, por el simple motivo que estás deseando que nos cuenten su viaje por el planeta rojo. Pero claro, primero nos han de explicar el cómo y el porqué, lógico. Dicen que la película es en exceso cara, no lo niego puesto que 200 millones son ¡200 millones!, sin embargo cada céntimo lucen en pantalla; no como otras en las que no sabes dónde fue a parar el dinero. De todas formas aquí han creado un planeta de la nada, con diseño artístico maravilloso, no como en Battleship (Hundir la flota) que se gastaron la misma cantidad para ¿una batalla naval?.

Como ya he dicho el diseño artístico es maravilloso. Las diferentes razas, el monstruito mascota, las ciudades, todo realizado con gracia y estilo. Dicen las malas lenguas que existen ciertas similitudes en algunos pasajes con  otras películas -famosas- ya vistas. Vale, no lo niego, pero tengamos en cuenta que la historia es de 1912, muchísimo antes que conociéramos una galaxia muy muy lejana.

Cierto es que a la tarea de dirección no le podemos dar un diez pues existen escenas que hubieran precisado un poco más de garra y otras que pudieran haber sido mejor aprovechadas, aunque de difícil forma, pero sin embargo creo que le podríamos poner un notable alto a su realización. Los actores, los de carne hueso (cosas del doblaje que desvirtúa la labor de los actores de los seres infográficos), realmente cumplen bastante bien con su rol, siendo creíbles en su labor, algunos incluso destacables como Taylor Kitsch. Curiosa es la introducción de Edgar Rice Borroughs como narrador de la historia de su tío Carter.

Los efectos especiales están más que bien, aunque no fueron creados para sorprender, cumplen a la perfección dando buena cuenta del dinero invertido.

Sobre la historia, o el guión, no contaré mucho para no destriparlo pero se nota que ha sido estudiado antes de llevarlo a la pantalla pues, como ya dije, no cansa, no se hace lento ni pesado, repartiendo protagonismo equilibradamente y equilibrando los momentos épicos con los cómicos (que también los hay, pocos pero los hay). 

En  resumen, si te gustan las películas de aventuras no dejes de verla, pero si esperas algo profundo de rollo transcendental no sé ni siquiera porqué te la has planteado ver.