domingo, 29 de enero de 2012

Sherlock Holmes: Juego de sombras


O Sherlock Holmes 2, para los amigos.

Después del desmesurado éxito -no por ello inmerecido- de la primera parte no podía faltar una segunda para seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro. Así que a base de talonario se preocuparon de reunir a la misma comparsa y añadir rostros nuevos para animar un poco más el cotarro. Afortunadamente apostaron por mantener el mismo director que la anterior entrega.
El problema que se encuentran siempre en las continuaciones es conseguir una historia que, por lo menos, estuviera a la altura de la primera parte. Quizás es por ello que la película no enlaza directamente con el final de la primera parte sino que nos sitúa en un tiempo que bien podría ser un mes después o siete años después -ni lo dicen ni lo aclaran-. Los autores sólo dejan intuir lo que ha podido pasar en ese tiempo (distanciamiento de Watson por su futura esposa, la guerra secreta de Holmes con Moriarty, el descubrimiento de la identidad del enemigo,... ) y sorprendentemente el detective más famoso del mundo ya conoce la identidad de Moriarty y de sus aliados. ¡Incluso lo visita en su despacho!
Teniendo ese inicio ya vemos que la película tomará otros derroteros diferentes al de la primera película. Si en la primera se trataba ante todo de descubrir un misterio en la segunda lo que prima es la acción, la aventura de impedir un desastre. Una aventura que llevará a los protagonistas a París, a Alemania y Suiza, entre tiros y persecuciones varias. Como podéis comprobar la diferencia básica de una película a otra es el género en el que se enclava cada una.
Sin embargo, pese a la diferencia básica del género, esta película no desentona demasiado con la primera. Esto es gracias a la inclusión de cortos pasajes «holmenianos» en los que el detective ha de hacer uso de su mayor capacidad deductiva y de prevención ante los acontecimientos futuros.
Así pues tenemos una película de acción-aventuras en los que los actores, tantos los nuevos como los viejos, cumplen a la perfección dirigidos por un director que sigue en su linea habitual -sin desmerecer un ápice por ello- que tan bien le funciono en la primera parte. Quizás el guión sea el punto flaco, pero sólo por ese giro en el género.

¿Cómo se debió construir el castillo que aparece al final de la película en Suiza? Una cosa es tener imaginación pero otra es eso.


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