martes, 6 de diciembre de 2011

In time



El tiempo vuela.


Sorpresivamente mi mujer ha decidido ver esta película en el cine y yo, por supuesto, no me he negado. Recién vista y ahora que la tengo fresca vamos a ver que tal ha sido la experiencia de visionar esta película en cuestión. Admitiré que iba un poco temeroso de que se pareciera demasiado a Repomen. Si bien la base de fondo del argumento no era la misma su desarrollo bien podía ser igual. Entonces esto sería un comienzo, salpicado de crítica social, para ponernos en situación y luego un resto repleto de escenas de acción típicas de una persecución sin tregua.

Aquí el argumento gira en torno a una sociedad actual en la que la moneda de cambio es el Tiempo. Sí, resulta que cuando nos dan a luz estamos genéticamente destinados a vivir 25 años de vida y luego nuestro reloj biológico comienza a contar hacia atrás desde un año. Ahí es cosa nuestra el como invertimos el año. Podemos comprar una cerveza por dos minutos, comprar un coche por 53 años, etc... ¿os vais haciendo la idea? El problema es que como siempre hay ricos y pobres y los pobres viven con un día de vida u horas que van recuperando poco a poco y los ricos con cientos o miles de años.

Y como no puedo seguir sin desvelar parte de la película aviso de SPOILERS. El guión se empieza a poner interesante en el momento que un tío con 100 años derrocha Tiempo en un bar en una de esas barriadas pobres. Resulta que realmente quiere morir y poco le importa como. El prota recibe el regalo de esos 100 años y viaja a las zonas ricas en donde gracias a su habilidad en el poker transforma esos años en 900 años. Pero, ¡ay caramba!, existen los guardianes del Tiempo que le quitan todo alegando que se lo ha robado a el muerto anterior. La cosa se complica cuando huye con la hija de un ricachón y se acaban convirtiendo en unos Bonnie and Clyde modernos con ramalazos de Robin Hood. Todo ello mientras son perseguidos.

Este guión rebosa crítica social por sus cuatro costados y es fácil realizar un simil de la sociedad actual. De hecho algunas de sus escenas más conseguidas son bajo este prisma; la muerte de la madre es emocionante y emotiva y la mejor de la película para mi pobre gusto. Sin embargo tiene cierta ambiguedad que la dejan coja. No se decide entre si ser crítica social o película de acción (pobre es para tomarla así) o un drama.

El director navega entre diferentes géneros mostrándonos con gracia lo que mejor puede aportarnos el argumento. Pero carece de pulso firme para definir el proyecto. Sin embargo admitiré que la escena de persecución de los coches tiene garra -solo hay una, no esperéis más- y se nota que ahí puso toda la carne en el asador pero como ya dije antes no es precisamente su mejor escena.
Los actores están maravillosos. Justín Timberlake vuelve a demostrar su gran capacidad como actor. Olivia Wilde llena la pantalla y Cillian Murphy, aunque no me cae nada simpático, cumple muy muy bien. La más floja tenía que ser la parteneir del prota Amanda Seyfried, que aunque lo intenta no llega a la altura de Olivia Wilde ni de coña.

En resumen es una película correcta que no lamentarás ver -ni siquiera pagando en el cine, que nos conocemos- pero tampoco esperéis un peliculón de acción ultramoderno de cienciaficción, porque no lo es.

A continuación os dejo el trailer.


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