martes, 29 de noviembre de 2011

Hades Nebula: Los caminantes 3


Granada, el último bastión corrupto de la humanidad.

Cambiamos de escenario y nos vamos a Granada. Más concretamente a La Alhambra; que esta vez hace la función de ¿último? bastión de la humanidad -por lo menos de la humanidad que nos es familiar en la novela- sustituyendo a un destrozado Carranque malagueño. Pero por supuesto, y como viene demostrando el autor, los humanos son peores que esos zombies que deambulan por el exterior y las cosas no serán de color de rosa.
Enlazando directamente con el final de la segunda novela el autor nos mete en una intriga de traiciones militares, penurias de campos de concentración y alocados supervivientes herederos de Mad Max. Sigue el autor con su sangre fría y sin acostarse con nadie reparte sangre y estopa por todos los lados caiga quien caiga. Una historia atractiva que si bien a medida que avanza empieza a hacerse más farragosa vuelve a coger ritmo para desatarse en un final lleno de hemoglobina -como debe ser-. Esto es algo que ya pasaba en su segunda parte y es que quizás sea que las dos novelas se resiente de su gran extensión. Aunque hay partes de las más interesantes aún en su zona más lenta también encuentro -y esto ya es personal- extraña (por decir algo) esa alusión pseudoreligiosa que se nos da sobre la epopeya de los supervivientes. Quizás sea porque también encuentro un poco tarde sacar ese tema siendo esta la última novela de ellos.


Como fortaleza no está mal.

Otro apunte interesante que el autor da en su particular mundo zombie es la de que estos caminantes no mueren cuando les pegas un tiro en la cabeza. ¿Cómo? Sí, habéis oído bien. Los malditos se quedan inertes hasta que el virus necrosum vuelve a reactivarlos. De esta forma se explica por ejemplo que todas las actuaciones de los militares hasta la fecha hayan sido ineficaces por no quemar los cuerpos. Lo cual me lleva a otra pregunta: ¿El Escuadrón de la Muerte al limpiar los edificios colindantes de Carranque quemaba los zombies? Con este punto de partida -el de la rerresurrección de los zombies- volvemos a tener entre nosotros al cura Isidro dando por saco.


Y llegará el momento que los zombies disfruten de esto.

Hecho en falta un mayor protagonismo al pobre Juan Aranda que pasa de estar preso -cosa que se nos retrata en pocas líneas- al suicidio y resurrección. Por el contrario la novela se basa sobre todo en las figuras supervivientes del susodicho Escuadrón de la Muerte, incluidos Dozer.

El final, pese que al parecer cierra un ciclo, posee la típica sorpresa de todo buen guión de terror. ¿Una posible continuación en el futuro? ¿O quizás Carlos Sisi quiera explicarnos las aventuras de Juan Aranda después de abandonar a sus amigos? Yo lo haría, si las ventas acompañan claro.

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