domingo, 30 de octubre de 2011

Soy el número 4


Y el cinco, el seis, como si quieres más..

Película de última hornada con evidentes y excesivas influencias a la tendencia romanticona-empalagosa de Crepúsculo -¡Ay cuanto mal ha hecho!-.

Como siempre cuidado que hay Spoilers a saco. Aunque intentaré que sean pocos.

La historia trata de un muchacho que viaja escondiéndose por el mundo acompañado por alguien que se hace pasar por su padre. El muchacho es un alienígena "especial" y su "padre" un guardián o guardaespaldas de su autentico padre -no queda claro si este era el Rey, el Emperador o un simple consejero- con la evidente misión de protegerle de todos los males, foráneos o propios. Digo que es "especial" porque el chaval, al llegar ya la pubertad -que no se cree ni Dios que no la haya pasado hace diez años, pero bueno-, manifiesta poderes cual mutante de los X-Men y resulta ser un bicho de armas tomar.
El problema es que, como cualquier adolescente, está superhormonado y se encoña-enamora de la guapita de turno y patatín patatán... mientras que les están buscando otros alienígenas para matarlo; a él, a su guardián y al resto de chicos especiales ocultos por ahí.
¿No lo había dicho? Él es el cuarto de ocho o nueve -no lo llegué a tener muy claro. ¡Detalles!- chicos especiales cuyos tres primeros ya están criando malvas. Bueno, esto es un decir porque estos extraterrestres al morir se deshacen en cenizas cual vampiros.


¿Es Jean Grey? No, es el número 4. O Magneto de crío, XD.

Al parecer ésta es la adaptación de la primera de una serie de novelas con las que nos pretenden amenazar la próxima década. Supongo, vista la aceptación que tubo en su día, que no habrá más de ella.

Como película es bastante floja: La dirección es buena pero se le nota al director atado por los gustos del momento y obligado a recrearse en una fábula romántica que precisamente es lo peor del argumento. Sin embargo las escenas de acción están muy bien conseguidas y la explotación erótica de las chicas es más que evidente; ahí se nota la mano del señor Michael Bay (como productor), sobre todo en la escena final en el que Teresa Palmer (número 6) se sienta en la moto con pose casi calcada a Transformers 2. El guión peca de pese esgrimir buenas ideas olvidarse de éstas para centrarse en los momentos más aberrantes del film como es todo el tramo del instituto y el chispazo del amor -oigs que bonito má quedaó eso-. Los actores... hum... que cruz. Él mal, ella decente, la número 6 mejor (aunque sale poco y siempre en pose más chulita que un ocho). Pero el único que se salva bien salvado de la quema es el que hace de padre Timothy Olyphant, y eso que no le dejan lucirse mucho que dijamos.
Los efectos especiales navegan entre lo evidente a lo extraordinario. Me explicaré. Ya en la primera escena tenemos una persecución repleta de efectos especiales que a veces cantan más que la gorda de la ópera y otras veces no se notan como tales -que así ha de ser-. El resto del metraje nos pasa igual.
Mención a parte quiero hacer a ciertos problemas de racor en la historia que ya no sé de quién puede ser la culpa. Por un lado tenemos un perro que se transforma en un gigantesco perraco tipo dinosaurio ¡dentro de un coche! Y al coche no le pasa nada. Por otro si los alienígenas malos son tan difíciles de matar porque al final los matan con tanta facilidad; incluso un humano con un de sus rifles megasuperguaysdelalecheenvinagreplasmoideslaserrojos se los carga con un puto disparo.

En resumen, y como apreciación personal, película con una gran idea de base que es la persecución de unos alienígenas a otros en la tierra, con sus superpoderes y todo eso, pero que se diluye -llegando a ser hasta lamentable- con otra historia bobalicona de amor.

Dejo el trailer pero os aseguro que engaña bastante.

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