jueves, 27 de enero de 2011

Ladrar, ladrar malditos

O noche de perros, 2.ª parte.

Ayer adoptamos la decisión de dejarla ladrar todo lo que quisiera por la noche hasta que ella misma se diera cuenta de que no le íbamos a hacer caso. Esto primero lo hablamos con nuestros vecinos más cercanos que no pusieron problema alguno -¡que majos!-.
Y esta noche, pese a una interrupción a las 3.20 a.m hasta las 3.40 a.m. ha sido la más tranquila -por lo menos para mí- desde que el monstruíto está en casa.
Al principio no se lo tomó muy bien. Ladridos durante 9 minutos -de reloj-, gimoteos iniciales -2 minutos-, y resignación. Creo recordar que eso era a las 23.00 horas aproximadamente; lo que nos da un intervalo de tranquilidad relativa -siempre esperas el próximo rugido del león- de cuatro horas.
A mi parecer en este tema vamos adelantando, con la salvedad de que no podemos encerrarla en la cocina dado que sabe abrir la puerta. Es una puerta de acordeón que ya dudaba yo de que no la pudiera abrir. Así que la encerramos en el pasillo y cocina. Algo es algo.
Eso sí, desconozco si esta mañana había algún regalito por el suelo.

2 comentarios:

alcorze dijo...

Muy bien hecho, por dejarla ladrar (con los hijos hay que hacer igual, no hay que ir siempre a la primera ni estar todo el rato encima) y por hablarlo con los vecinos.

Felices Sueños!!! ;)

lorelai dijo...

Bieeeeen!!!!!
Ves como poco a poco la peque se va centrando.
Poneos por un momento en su lugar: estás con tu familia, jugando con tus hermanos y vienen unas personas y se te llevan a un sitio diferente, donde estás sola, con normas que antes no tenías...
es como para descentrarse o no?
Ya vereis como esta noche será mejor aún.
Lo de los regalitos, es normal, con 2 meses y medio ¿que quereis?

A los humanos nos cuesta año y pico hacer las cosas donde hay que hacerlas.

Un abrazo