jueves, 18 de marzo de 2010

Maldito DVD poseido

Pueseso. Una de las compras de que me alegré de realizar ¡hará ya dos años! es la del DVD del salón. Si tenemos en cuenta que su antecesor -pese a ser de estilo más atractivo a la vista- sólo duró 365 días -¡casi justos tú!- y no tenía usb, al durar este los 366 casi brindo con champan. Pero ay, la alegría es efimera y dura lo que un suspiro (suspiro = 912 días) y esta maravilla de sobremesa, con su usb, su dvix, su xvid, lacado en negro, más parece ahora la jugete automático que realiza actos a su propia voluntad ajeno a los deseos de su amo.
De un tiempo a esta parte el pequeñín ha decidido activarse a su voluntad. Tan pronto estás viendo algo en la teletonta -pocas veces, eso sí- y de repente se enciende el maldito -cambiando el canal visionado en la tele- y se pone a buscar un dvd. O directamente abre la plataforma para introducir el dvd como si el cabrito se burlara de ti. Y es que además los botones de su frontal no responden para nada y todo a de ser con el mando a distancia. ¿Igual le repugna ya nuestro tacto cansado de nuestra insistente manía de poner usb´s en lugar de tristes dvd´s?
Podríamos llegar a pensar que otro vecino tuviera el mismo mando y hubiera interferencias entre uno y otro. Pues puede ser.
Al menos el usb funciona bastante bien y gracias a él podemos disfrutar de la porquería de programación televisiva que no vemos.

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