jueves, 4 de febrero de 2010

Infectados

Ni bien ni mal, pero me gusta.

Quizás sea porque soy aficionado a todas las películas de tintes postapocalipticos -e incluso apocalipticos, aún recuerdo 2012- pero esta película, pese a sus defectos -y la hora en la que me dispuse a verla-, me tuvo bastante entretenido.

Argumento: Cuatro jóvenes (2 hermanos, la novia de uno y otra que no se sabe que coño hace ahí -la niña pija de toda pelí adolescente que se precie-) van en coche por un Estados Unidos que ha sufrido la mayor pandemia vírica de la historia. Los cuatro tienen un lema que al parecer les ha mantenido vivos: «Un infectado está muerto, no se le puede ayudar.». Hasta ahora.
Por circunstacias estúpidas del guión su coche se escacharra y tienen que compartir otro vehículo con un padre (aparentemente sano) con su hijita enferma. ¿Pero es que la novia del conductor no sabe que no hay que golpear nunca al chofer o qué? Así desde los primeros dos minutos de la película ya deseas que esa niña estúpida la palme.
Los seis se diriguen a no sé qué ciudad -es que no me acuerdo (en mi defensa diré que eran las 00.00 h)- en donde se dice que un centro médico tiene el antídoto de tan misteriosa enfermedad.
Al llegar allí descubren que del dicho al hecho hay un trecho. Ni antídoto, ni esperanza, ni na. Los infectados se pueden dar por muertos, bien muertos. Otra escena tonta por la estúpidez del guionista. Aquí el padre de la niña (que teme que los otros cuatro les dejen abandonados en la ciudad) se hace con la única pistola -o arma- para después devolverla a sus futuros enemigos. ¿Es o no una estupidez? Claro está que estos cuatro le abandonan a él y su niña a su suerte.
Otra escena estúpida -y van tres- intercalada con la anterior: La niña se queda en el coche (en un recinto precintado con plásticos y cinta aislante por el tema de la infección) hablando con la novia -¡sí, esa tonta!-. La niña tiene un ataque de no se qué que no le deja respirar y la otra rompe la protección para intentar ayudarla. La chiquilla -Dios la tenga en su gloria- esputa en la cara de la otra infectándola. ¿Por qué arriesga su vida por alguien que ya está muerta? No lo sé, ni ella, ni el guionista-director, ni el sufrido espectador. No sé, quizás sea el sentimiento maternal ese que obliga a las féminas hacer actos tontos por ahí.
Los cuatro, ajenos a los sucedido, deciden hacer parada y fonda en un hotel. Allí descubren que la novia está infectada y el novio -duro como él sólo- la abandona en la carretera. Roban gasolina y el novio sale herido del tiroteo.
Entra su hermano en una casa en busca de medicinas -¿Han estado en un hospital y no habían pensado en ello?- para curar a su hermano. En dicha casa todos están muertos por la epidemia maldita a excepción del perro -parece que a las mascotas no les afecta- que se se está dando un festín con un cadáver. Qué casualidad que justo al lado estén las medicinas esas. El perro defiende su comida con gruñidos amenazadores y el chaval, pese a tener una escopeta cargada en sus manos, se acerca sigilosamente a recoger las medicinas. Está claro que no va a funcionar -¿no?-. El perro salta en un ataque feroz y el chico tiene que disparar. Una persona lógica y medianamente cuerda le pegaría un tiro -o dos, para asegurar- mientras estuviera comiendo y asunto resuelto. Con esta van cuatro estupideces del guión. Y hay más pero no son tan graves.

No seguiré contando la película y os dejaré el resto sin desvelar el final. ¡Qué ya está bien de tanto spoiler!

Un detalle que me gusta es que el relato empieza como si fuera la segunda parte de algo. La continuación de una historia que se da por sabida. De la que apenas te cuenta nada durante la película.

Los actores la verdad es que no lo hacen mal. Cumplen su papel como profesionales sin destacar por ello en nada.

He leído en la web varias críticas sobre la película pero todas dicen lo mismo: Correcta pero sin más. No cuenta nada nuevo, ni sorprende en absoluto.

Añadiría que las escenas están más que manidas y el director-guionista se limita a encadenar situaciones de otras películas creando una propia. Eso sí, de forma más que correcta. Pero te da la sensación de que ya la has visto. De que ya sabes que va a pasar.

Aún así peores comienzos han tenido otros directores en Hollywood. Espero que al español le vaya bien en esta más que correcta carta de presentación.

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