martes, 22 de diciembre de 2009

Malditos bastardos

Tarantino se va a la guerra, que dolor que dolor que pena.

He aquí al Tarantino que se desliga del cine de ganster, mafiosos y asesinos a sueldo para hacer una del género bélico. ¿Seguro? Casi que no.

¿Por que digo eso? Porque lo ha vuelto a hacer. Lo único que tiene esta película de bélica es el estar ambientada en la segunda guerra mundial. Cuando alguien se va al cine -¿aún va alguien?- a ver una de guerra espera ver la guerra; alguna batalla, tanques y cosas así. Vamos, lo que define el cine bélico. Pero aquí nos encontramos con una historia que si cambiamos el lienzo por el chicago años treinta y a hitler por AlCapone lo mismo nos iba a dar. Aunque he de confesar que al principio pensé que sería más un wester en la francia ocupada. La música de los créditos iniciales y los propios créditos así me lo hacía creer.

Otro inconveniente podría ser la duración. No lo digo porque la película en sí se haga pesada. Porque no es así. Pero el metraje -según, siempre, mi opinión- es excesivo para lo que en realidad nos cuenta. En resumidas cuentas no es más que una operación de sabotaje que arranca a partir de la primera hora de visión. Denota el director una cadencia del tempo que va a más. Por ejemplo la primera escena: 20 minutos de reloj para una conversación que intenta ser intensa, absorvente y mantenernos en vilo con el que pasará o hará el nazi. Lo malo es que sus dialogos ya carecen de la frescura atractiva de antaño. El montaje, realizado así para alargar el tempo, se hace... ¿eterno? Le sobran de cinco a diez minutos. Pues así toda la película. Recordemos que es una película que para ser de guerra no tiene casi nada de acción. Dos tiroteos y punto.

Otra cosa que no entiendo es la manía de dividir la historia en capítulos sin ton ni son. Entiendo que es su marca de fábrica desde Reservoir Dogs, que hasta la fecha esos capítulos estaban bien porque realmente hacian su función, pero en esta película sobran y a base de bien. Realmente estamos viendo una historia lineal con algún pequeño flasback. En mi opinión eso de los capítulos sobraba en este film.

Luego existe en mi interior una amarga decepción en relación al título elegido. Cuando vas a ver una película que se llama Malditos Bastardos -y más si te cuentan más o menos de que va- esperas ver actos casi criminales de esos malditos bastardos contra los nazis. Sus batallitas, asesinatos, etc... y en esto el metraje se queda escaso. Será muy truculento el que les corten las cabelleras pero de ahí no pasa. A mi parecer hubiera sido más interesante la creación del grupo y su leyenda entre los soldados enemigos que la finalización de éste. Además eso es lo que me esperaba a raiz de la escena -o capítulo- en la que se reclutan los soldados. Una escena, por cierto, que recuerda bastante a los Doce del Patíbulo. No digo que sea calcada, ni mucho menos. Pero no pude dejar de pensar en esa vieja película cuando veía ésta.

Sin embargo una vez superas esa decepción -y más si la estás viendo por primera vez- la película es entretenida. Sobre todo cuando aparece Christoph Walz , el coronel Hans Landa, que llena la pantalla con su excelente interpretación. Al contrario de Brad Pitt que simplemente es como si fuera uno más del reparto, haciendo gala de un comportamiento levemente alocado. Como si su personaje de Doce Monos hubiera tomado sobredosis de calmantes. Yo para eso no pagaría la millonada que ha debido cobrar. Claro que su jeta llena de culos las butacas. He leído por ahí elogios del actor que encarna a Hitler. Bueno.. creo que copia al magnífico Charles Chaplin en su caracterización. Transformando así alguien temible en un villano de TBO tipo Mortadelo y Filemon.

Así pues ésta es mi conclusión: Película para pasar el rato. No es de guerra y no esperemos una gran actuación del famoso Brad Pitt. Intento fallido del Tarantino por hacer una película de guerra -si eso es lo que intentaba-.
Eso sí. NO busquen una película que siga la historia tal y como ocurrió. Creo que está claro que no se la toma en serio para nada, ni es su intención.

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